El ciclo menstrual y las emociones en la mujer
Antes de comenzar, quiero aclarar que este no es un artículo solo para mujeres. La falta de conocimiento sobre el ciclo menstrual, sumada a ciertos prejuicios culturales y a los mensajes erróneos que nos llegan a través de medios como la publicidad, han creado desinformación y confusión en torno a un proceso que es tan natural como el que experimentamos cada año con las cuatro estaciones. Por eso, si eres hombre, te animo a que te quedes, y sigas leyendo.
Vivimos en una sociedad en la que nos regimos por normas. Nos esforzamos en poner orden, en seguir rutinas, en establecer horarios… Priorizamos lo intelectual ante todo. Y, así, nos vamos alejando de las sensaciones de nuestro propio cuerpo. Fíjate, en cambio, en los niños pequeños. Una criatura de 3 años sabe perfectamente cuando necesita comer y cuando está saciada. Si tiene hambre a las 7 de la tarde, te pedirá cenar a esa hora. O, si un día ha hecho una buena merienda y se siente saciada, no mostrará interés en la cena. Preferirá seguir jugando.
Lamentablemente, a medida que crecemos, poco a poco nos vamos desconectando de estas sensaciones. La educación que hemos recibido suele centrarse en el desarrollo intelectual, en las normas, y no pone atención a la escucha de nuestro cuerpo, de lo que nos está diciendo. En el caso de las mujeres, esta educación es la que nos lleva a ocultar la menstruación, a sentir vergüenza en nuestra adolescencia y a considerarla como algo molesto, como unos días que deseamos que pasen rápido y no dejen huella alguna.
Como explica Miranda Gray en su libro Luna Roja: "El ciclo menstrual se experimenta como un fenómeno pasivo del que solo se admite su 'aparición" ya que todo el proceso restante se ignora o bien se oculta. Así nos enseña que debemos enfrentar nuestra angustia y nuestras necesidades sin llamar la atención, puesto que todo ello forma parte de lo que significa 'ser mujer' (...) Por este motivo solemos esconder nuestras dificultades: nos impulsa el miedo a que los demás nos consideren débiles o piensen que hacemos una montaña de un grano de arena. Y precisamente esta falta de comunicación y reconocimiento social es lo que perpetúa el aislamiento del ciclo menstrual como un acontecimiento oculto y furtivo."
Ilustración de Amanda León (@_amandaleon)
Como mujeres, reconectar con nuestro ciclo menstrual femenino es volver a conectar con quienes somos y con lo que nos pasa por dentro. Por eso, he creado este artículo, donde pondré especial atención a las emociones naturales que aparecen en cada fase.
Para empezar, ¿qué es exactamente el ciclo menstrual?
El ciclo menstrual se define como el período que comienza el primer día de la menstruación y finaliza el día anterior al inicio de la siguiente regla. Suele tener una duración de entre 24 y 35 días, que variará en función de cada mujer y de la etapa de su vida en la que se encuentre.
Pero, además, factores como el estado de ánimo, el estrés, la alimentación o determinados fármacos, por ejemplo, pueden incidir en la duración del ciclo.
Y es que no somos solo cuerpo, sino que lo que sucede en nuestro organismo se expresa, también, en nuestras emociones. Y, a la vez, nuestras emociones afectan lo que nos pasa a nivel biológico.
En consecuencia, el ciclo menstrual es mucho más que los 24-35 días entre regla y regla. Se trata de un proceso cíclico, en el que la mujer genera vida en su interior, más allá de que haya fecundación o no, y que viene acompañado de emociones características de cada fase.
Tal como comenta Miranda Gray: "la experiencia menstrual es la totalidad del ciclo, y no solamente los días de sangrado".
Las cuatro fases del ciclo menstrual femenino
Empezaré por explicar, de forma muy breve, lo que sucede en nuestro organismo a lo largo de las cuatro fases del ciclo, para, después, profundizar en cómo vivimos este proceso.
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Fase menstrual (3-7 días): En cada ciclo menstrual madura un óvulo femenino. El proceso de maduración de los folículos ováricos (de los cuales, luego, se desprenderá un óvulo) comienza durante la menstruación.
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Fase preovulatoria (12-20 días): uno de esos folículos finaliza su maduración en esta fase, dentro del ovario.
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Fase ovulatoria (1-2 días): una vez que el folículo ha madurado, se pega a la pared del ovario, y libera el óvulo, que entra en la trompa de Falopio. El óvulo vive durante 24 horas y, si en ese tiempo no es fecundado, se muere, se desintegra y desciende hasta el útero.
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Fase premenstrual (12-16 días): A partir del desprendimiento del óvulo, nuestro cuerpo comienza a segregar progesterona, que ayudará a madurar el endometrio y alojar un embarazo, si lo hubiera. Cuando el cuerpo nota que no ha habido fecundación, se produce el desprendimiento del endometrio, lo que genera la menstruación y el inicio de un nuevo ciclo.
Como puedes ver, dentro de nuestro cuerpo, cada mes se genera vida, y este fenómeno incide en nuestro estado de ánimo, nuestra vitalidad, nuestro apetito y nuestra necesidad de descanso.
Cada una de estas cuatro fases vienen acompañadas de emociones, que te explicaré a través de las metáforas que utiliza Anna Salvia Ribera en su libro Viaje al ciclo menstrual, donde hace referencia a la naturaleza y sus estaciones: “Nuestra cultura se ha adaptado al ciclo estacional y durante cientos de años ha transmitido su conocimiento. De este modo, desde bien pequeños se nos prepara para integrarlo en nuestra cotidianidad y aprovechar sus características. En la escuela se trabaja decorando la clase con hojas secas, nieve o flores según la estación. Las vacaciones escolares también se rigen según su ritmo, las calles y las tiendas se visten con los colores y símbolos correspondientes y las emociones que imperan en cada estación forman parte de las metáforas clásicas de nuestro arte. Las características de las fases de este ciclo pueden asimilarse a las del menstrual: la fase Preovulatoria sería la primavera, la Ovulatoria el verano, la Premenstrual el otoño y la menstrual el invierno”
Fase preovulatoria: renacimiento, primavera y apertura
Esta suele ser una fase llena de vitalidad, en la que aparecen las ganas de salir y de lanzarnos al mundo. En estos días, queremos relacionarnos, compartir y tomar acción.
Es, por naturaleza, la etapa del ciclo perfecta para los nuevos comienzos, para poner en práctica proyectos e ideas (que, quizás, hayan surgido en momentos más introspectivos, como veremos más adelante).
Respecto a la alimentación, tal como explica Marta Obrador en su eBook 4 snacks todoterreno para tus cuatro fases del ciclo menstrual, "es una fase en que solemos tener menos apetito y nos atraen alimentos más frescos, verdes y ligeros. Además, los alimentos anaranjados nos van a interesar en esta fase debido a su aporte en vitamina A (boniato, zanahoria, calabaza,...). La vitamina A nos ayuda a tener unas mucosas más sanas, ayuda a la nutrición del folículo que estamos “alimentando” estos días”.
Fase ovulatoria: el verano, el máximo esplendor
Así como los árboles regalan abundancia a través de sus frutos en verano, durante la fase ovulatoria solemos sentirnos rebosantes de energía, con ganas de compartir, de volcarnos hacia los demás. Suelen ser días productivos, de máxima plenitud, en los que nos resulta fácil comunicarnos con los demás. Nos sentimos seguras, eficientes, con ganas de llevar a cabo nuestros proyectos.
Si practicas deporte, y así lo deseas, estos días pueden ser ideales para dar intensidad a tus entrenamientos: para practicar cardio, salir a correr, bailar… ¡o lo que te apetezca! Siempre escuchándote a ti y a tu cuerpo.
Respecto a la alimentación, además de mantener el consumo de vegetales y la buena hidratación, puede ser interesante incorporar alimentos proteicos con buen aporte de Omega 3, como el pescado azul. Tal como explica Marta Obrador, “son grasas muy saludables con efecto anti-inflamatorio, que pueden ser de utilidad para el inicio de la próxima fase”.
Además, tanto durante estos días como en los que vendrán en la fase siguiente, te podrá ayudar añadir semillas de sésamo, ya que tienen alto contenido de calcio, de Omega 3, vitamina A, magnesio.
Fase premenstrual: otoño, recogimiento e introspección
Pasada la ovulación, las mujeres nos vamos adentrando en la fase premenstrual. En palabras de Anna Salvia: “Con el acortamiento del día en otoño, la marea desciende y nos vamos metiendo para dentro, tenemos más ganas de quedarnos en casa. Los árboles pierden las hojas y van concentrando su energía bajo tierra, a las raíces, igual que las personas nos replegamos y trasladamos nuestra energía hacia nuestro interior”.
En estos días, los niveles de energía van bajando. A medida que se acerca la menstruación, queremos descansar más, hacer ejercicio suave e ir a nuestro ritmo.
Además, es muy frecuente que aparezcan los llamados “antojos”: nos apetece comer comidas calóricas, y es normal, porque nuestro organismo se está preparando para un desgaste de energía elevado.
¿Qué alimentos nos ayudarán a acompañar esta fase Marta Obrador recomienda lo siguiente: “Al tener más apetito durante estos días, nos van a ser de gran ayuda los alimentos con un elevado aporte en grasas (saludables) como el aguacate, los pescados azules, las semillas o los frutos secos”.
También, los alimentos como la fruta o el chocolate negro podrán convertirse en grandes aliados para saciar las ganas de comer algo dulce y, al mismo tiempo, dar a tu organismo los nutrientes que necesita.
Fase menstrual: nos retiramos a nuestro interior para renacer
¿Has observado lo que sucede en invierno? Sin hojas, los árboles parecen muertos, cuando en realidad están llenos de actividad en sus raíces. ¡Se están revitalizando!
Lo mismo sucede en nuestro cuerpo y con nuestras emociones. Durante la menstruación, hay momentos en que necesitamos estar tranquilas, tener ratos de recogimiento, para retornar a nosotras mismas y volver a renacer con energía.
Además, en estos días perdemos gran cantidad de hierro, y por eso será interesante que lo busquemos en nuestra alimentación.
Podremos encontrar hierro en alimentos de origen animal (carne, mariscos, pescado), como también, en otros de origen vegetal, como las legumbres. En este último caso, para aumentar su absorción, te interesará acompañarlo de alimentos ricos en vitamina C (cítricos, tomate, pimiento y vitamina A (como las verduras y hortalizas de color rojizo-anaranjado).
A su vez, incluir en tu dieta alimentos antiinflamatorios, como los ricos en omega 3 (pescado azul, nueces, semillas de chía o de lino) te serán de ayuda para mejorar tu bienestar en estos días.
Descubrir el potencial de tus emociones y de tu ciclo menstrual
Pienso que las emociones son una de las guías más poderosas que podemos tener: nos ayudan a corregir lo que no nos hace bien y a intuir hacia dónde queremos ir. Y que, más allá de lo que nos hayan enseñado, las mujeres tenemos la inmensa ventaja de que nuestro propio cuerpo nos pone en contacto con lo que sentimos.
Tal como explica Anna Salvia: “Es como si durante las fases de recogimiento la coraza que nos hemos construido para no sentir ni mostrar nuestras emociones se hiciera más fina y permeable, de modo que estamos más sensibles y reaccionamos de forma más intensa y menos controlada(… )No conseguimos callarnos aquello que hemos decidido no decir”.
Ahora bien, estas fases en que la sensibilidad está a flor de piel se vivirán de forma muy diferente si hemos hecho una buena gestión de nuestras emociones a lo largo de todo el ciclo. Si durante las fases de apertura (preovulatoria y ovulatoria) hemos querido reprimir nuestras emociones, es posible que, al llegar la fase premenstrual, acabemos reaccionando de forma explosiva ante pequeños problemas, porque ya veníamos con la mochila cargada de hace días.
En cambio, si conectamos con nuestras emociones durante todo el ciclo, si trabajamos para resolver conflictos en el momento, las fases de recogimiento se llevarán con más calma.
Si lo deseas, en psicoterapia podremos hacer esa unión contigo misma, para que puedas realizar tu camino de forma serena, entendiendo los miedos como parte de la vida. Porque, como dijo Marie Curie, “Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más para temer menos”.
Puedes descargar esta ejercicio en PDF para hacerlo con calma y para que empieces a darte una nueva perspectiva sobre tu salud femenina. Date el espacio que te mereces.