Hoy día 21 de setiembre es una fecha señalada, el día mundial del Alzheimer. El Alzheimer se ha definido como la “epidemia del siglo XXI” y, tan solo en España, afecta a 3,5 millones de personas entre afectados directos e indirectos (familiares y cuidadores). La CEAFA (Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer) ha atribuido a esta fecha el lema “Alzheimer. Cuestión de Estado”. Esto se debe a que, la tremenda proliferación de esta enfermedad, asociada a la extensión vital a raíz de los avances en medicina, se ha convertido en un problema socio-sanitario de suma importancia.
Aquellos tocados por esta enfermedad neurodegenerativa, se han de enfrentar a un periplo de decisiones, esfuerzos y responsabilidades que hacen mella en la salud emocional de ellos y sus familiares. Este camino que, a día de hoy, aun tiene un final triste y doloroso, viene marcado por el olvido, al tiempo que afectados y familiares intentan establecer una situación adaptada y con la mayor normalidad posible. Algo sumamente complicado cuando el Alzheimer amenaza con truncar aquello que nos define y nos da esencia: nuestros recuerdos, nuestra identidad y, en definitiva, nuestro ser. A continuación tenéis una infografía muy bien diseñada sobre el camino que realiza el enfermo del Alzheimer desde su diagnóstico hasta los últimos momentos (haced click encima para ampliar)
[custom_frame_center] [/custom_frame_center]En este sentido, e intentándoos sensibilizar desde una perspectiva más humanista y menos enfocada en los datos, el Alzheimer es tal vez la patología más contraria a la naturaleza humana. Nuestras vidas se basan en el aprendizaje, en las experiencias, su análisis, disfrute y valoración. Somos un sumatorio de eventos vitales, y tras el signo “igual” aparece nuestra definición presente, aquello que somos hoy día. Ahora bien, el Alzheimer elimina de forma indiscriminada valores de ese sumatorio y, en consecuencia, el resultado se encuentra en desequilibrio constante. La mayor pregunta del afectado proviene de este desequilibrio e incerteza: ¿En que me voy a convertir? Asimismo, no podemos olvidar que este resultado que nos define, es a su vez un valor en el sumatorio de experiencias de familiares y amigos y, por tanto, también desequilibra sus resultados o definiciones vitales.
Por ello, el Alzheimer es uno de los retos más importantes al que nos enfrentamos como sociedad hoy en día, representa aquello que muchas veces se teme desde la salud mental pero que en pocas ocasiones se materializa en algo real y total: el vacío y la nada. Es esto, en definitiva, a lo que se enfrentan los afectados por la enfermedad de Alzheimer, de un modo que no es comparable a otras patologías.
Os dejamos, finalmente, con una cita significativa, un poema de Miguel de Unamuno que expresa en gran medida la vivencia del enfermo de Alzheimer y, al mismo tiempo, su gran esperanza: que sus recuerdos perduren en otros.
Me destierro a la memoria,
voy a vivir del recuerdo.
Buscadme, si me os pierdo,
en el yermo de la historia,
que es enfermedad la vida
y muero viviendo enfermo.
Me voy, pues, me voy al yermo
donde la muerte me olvida.
Y os llevo conmigo, hermanos,
para poblar mi desierto.
Cuando me creáis más muerto
retemblaré en vuestras manos.
Aquí os dejo mi alma-libro,
hombre-mundo verdadero.
Cuando vibres todo entero,
soy yo, lector, que en ti vibro.
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