Hoy comenzamos un nuevo día y con el, os presento una nueva entrada de nuestra sección de Alimentos de temporada. Uno de los alimentos que nunca debe fallar en está época del año en nuestra nevera es el rábano. ¿Sabías que el rábano está formado por más del 90% de agua? Eso es de agradecer para nuestro cuerpo, ya que parece que el calor aun no nos quiere dejar del todo.
Nutrientes del rábano
El rábano es un alimento que apenas contiene proteínas (0.6%) así como también poca proporción de hidratos de carbono (1,99%), y menos de grasa (0,54%). Es muy pobre en provitamina A y en vitaminas del grupo B, excepto en folatos, que contienen 27µg/100g. La vitamina más abundante es la vitamina C (22.8mg/100g). En cuanto hablamos de minerales están presentes en pequeñas cantidades, excepto el potasio. Todo ello, hace que el valor del rábano, desde el punto de vista nutricional, sea escaso, aportando tan sólo 17kcal/100g.
Recomendaciones nutricionales
[custom_frame_right] [/custom_frame_right]Si hiciéramos ahora mismo una degustación del rábano, muchos de vosotros destacaríais su sabor picante. Si sentís curiosidad por este hecho, el rábano contiene una esencia sulfurada de sabor picante, a la que se atribuyen sus propiedades coleréticas (es decir, aumentan la secreción de bilis en el hígado), colagogas (facilitan el vaciamiento de la vesícula), digestivas, antibióticas y mucolíticas (ablandan la mucosidad). Por ello, como dietista-nutricionista de Idou Psicología Barcelona, os recomiendo incluir el rábano en vuestras ensaladas, conservas, bocadillos, snacks, etc.
Particularmente, lo que más llama la atención del rábano es su color, que le da una nota peculiar a nuestros platos. Muy habitualmente lo consumimos en crudo, sin embargo también se hacen conservas. Y no olvidemos que ese toque suavemente picante lo hace un buen aperitivo y digestivo.
El consumo de rábano es recomendable especialmente en los siguientes casos:
[custom_list style=»list-10″]-
Afecciones hepáticas y biliares.
-
Trastornos digestivos de tipo funcional (digestión lenta y pesada), por su efecto tonificante.
-
Sinusitis y bronquitis.
Ahora ya conocéis un poco más del rábano y su valor nutricional. ¡Solo os falta incluirlo en vuestros platos! ¿Cuales se os ocurren?